Un hombre de 61 años murió en Pekín tras infectarse con el nuevo virus de la gripe aviar H7N9 hallado en China y con esta última muerte se eleva a 44 los fallecidos en todo el país.
Según informó la agencia oficial de noticias Xinhua, el hombre fue diagnosticado con el virus el 20 de julio, cuando fue trasladado de la provincia de Hebei (norte) al Hospital de Chaoyang de la capital china.
En este céntrico hospital fue donde el paciente murió ayer, lunes, al sufrir fallos en múltiples órganos.
El viernes se confirmó otro nuevo infectado en la provincia de Cantón -sur de China-, lo que elevó el número total de infectados a 134.
Las autoridades chinas detuvieron el plan de emergencia ante la propagación de nuevo virus de la gripe aviar en mayo, después de varias semanas sin registrarse contagios.
No obstante, la agencia oficial Xinhua informó hoy de que se ha continuado vigilando la situación y que las autoridades retomarán las alertas ante la posibilidad de que se produzcan nuevos brotes en otoño e invierno.
La variante H7N9 fue detectada en China el pasado febrero y hasta ahora la mayoría de casos se han contabilizado en el este del país.
Durante meses se sostuvo que el virus no podía transmitirse entre humanos, sólo a partir de animales, lo que reduce el riesgo de contagio, pero la semana pasada un estudio médico publicado por la revista «British Medical Journal» reveló que uno de los casos sí fue probablemente entre dos personas.
Se trató del caso de una mujer de 32 años que enfermó con el virus tras cuidar a su padre, que contrajo el H7N9 tras visitar un mercado de aves, señaló la publicación.
A diferencia de su padre, la mujer no había estado en contacto con aves y enfermó unos seis días después de cuidarlo, afirma el estudio, que informa de que ambos murieron en el hospital.