En Solca se observaban rostros cansados y desanimados. En una esquina se veía que una mujer cubría su cabeza con una especie de manta, que en realidad era un pañal de tela de bebé, en la que reposaba la mano de un hombre que con una biblia pedía por su salud repitiendo el nombre de Dios.
A pocos pasos estaba la sala de quimioterapia ambulatoria. Allí, en los sofás reclinables de color negro los pacientes recibían un suero vía intravenosa como parte del tratamiento. En uno de los sofás se encontraba Dolores del Carmen Vélez, de 57 años, quien todas las mañanas viaja desde Salinas hasta Guayaquil para recibir la «quimio». Hace un año se somete a este procedimiento, tiempo en el que le diagnosticaron cáncer en el útero, luego de que su doctor enviara muestras a Solca.
«Desde hace dos años empecé a tener repetidas hemorragias. Me hice un papanicolaou, en el que salió que tenía el virus del papiloma humano (VPH). Posteriormente me extirparon el útero y dejé de sangrar por algunos meses, pero después volví a tenerlos. Acudí a otro médico y él me envío a que me realizaran otros exámenes», cuenta Dolores.
Precisamente esta neoplasia lidera la lista de las enfermedades más frecuentes en el país que ha cobrado la vida de muchas mujeres. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2010 cerca de 9.600 personas fallecieron por cáncer, lo que supone el 15% de muertes en el país.
El último informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que dentro de dos décadas en Latinoamérica los casos de cáncer se duplicarán a 26 millones anualmente.
Las razones: el carecer de planes funcionales de lucha contra el cáncer que incluyan la prevención, el diagnóstico precoz, el tratamiento y los cuidados posteriores.
Ante esta situación varios especialistas ecuatorianos analizaron las causas que producen este mal.
Para el ginecólogo Rodolfo Rodríguez Moreira, del Hospital Alcívar, la prevención y detección temprana en el Ecuador es un tema que se lo maneja hace poco tiempo. «En los países industrializados esa es una de sus grandes políticas estatales, mientras que en las naciones pobres, como Cuba, por el programa de control y la obligación que tiene la población de realizarse el papanicolaou, el cáncer de cuello uterino tiene poca incidencia y pocas mujeres mueren con esta neoplasia. Chile también cuenta con una de las mejores políticas y protocolos para la prevención de cáncer. Ellos siguen el esquema norteamericano».
Indica que Ecuador cuenta con óptimos institutos oncológicos, casas de salud como Solca, médicos muy preparados y oncólogos con prestigio. «Cada día el país se prepara más para luchar contra el cáncer. No pienso que estamos atrasados en prevención».
Por ello considera de vital importancia que «hay que hacer entender al paciente que prevenir es mejor que curar. La medicina moderna se basa en medicina preventiva».
La doctora Sofía Cañadas, del Ministerio de Salud Pública (MSP) y responsable a nivel nacional de este tema, dice que en el país «el cáncer ha llevado a convertirse en un problema de salud pública por tener una incidencia creciente al ocupar la segunda causa de muerte general, después de las enfermedades cardiovasculares».
Para la galena Glenda Ramos, jefa del Departamento de Oncología clínica de Solca, que esto ocurra se debe a la falta de dinero. «Lastimosamente no todos los pacientes pueden pagar los tratamientos de última generación y los seguros nacionales no los cubren, los únicos que están aceptados bajo las guías terapéuticas son los seguros internacionales». Revela que «los tratamientos nuevos y terapias dirigidas son costosos. Los pacientes gastan entre 3.000 y 6.000 dólares mensuales».
Precisamente, otras de las razones por las cuales la OMS determinó que los casos de cáncer aumentarán en las próximas dos décadas son la cobertura médica y la falta de recursos que los gobiernos de países de Latinoamérica provean para contrarrestarlos.
Frente a esto Cañadas dice que aunque no cuenta con las cifras del financiamiento que se ha destinado en el país se ha hecho mucho. «El MSP, junto con el MIES, lanzó el Programa de Protección Social (PPS), que cubría el costo de los pacientes que contaban con el Bono de Desarrollo Humano, y en agosto de 2012 se creó la Red de Protección Solidaria (RPS), en la que se integra la población para que sea atendida en los hospitales a nivel del país».
Adelanta que «se quiere implementar una política nacional, que está en fase de elaboración, y la estrategia de detección precoz». No obstante, para el oncólogo-cirujano Francisco Plaza Bohórquez, del hospital Luis Vernaza, lo más grave es la contaminación ambiental y la de los alimentos que se ingieren. «Cada vez el ambiente está contaminado de elementos cancerígenos, como el smog, en el aire hay mucho plomo y en los ríos, mercurio, por eso los alimentos están contaminados. Además de los plaguicidas y transgénicos -alimentos que se producen con el ánimo de aumentar el tamaño y la cantidad de la producción-«. Asimismo, menciona que el estrés es otro factor que incide en el desarrollo de la patología.
Con esto coincide Rodríguez, «el estrés produce liberación de una hormona que se llama cortisol y esta a su vez disminuye nuestro sistema inmunológico y nos hace propensos a adquirir enfermedades. Todo esto sumado a los antecedentes familiares, tabaquismo, estrés, ingesta excesiva de café y sedentarismo se convierten en factores que tienen influencia indirecta sobre el problema del cáncer».
Es que el tabaco, según Cañadas, tiene el mayor factor de riesgo y causa el 22% de muertes de cáncer en el mundo y el 71 a nivel de pulmón. «Pero no es lo único, el tabaquismo cada vez produce más el cáncer de esófago, laringe y estómago». Este último ya no solo aqueja a los hombres. La oncóloga Ramos dice que «en las mujeres el índice de esta neoplasia ha aumentado al igual que el de pulmón, debido a que las mujeres en la actualidad no solo tuvieron la liberación en el rol del trabajo, sino también a nivel del consumo de tabaco y alcohol».
Algo parecido ocurre con el virus del papiloma humano, pues más allá de ser un indicador directo para tener cáncer de cuello uterino, estudios científicos revelan que también es causante del cáncer de faringe, laringe, pene, boca, incluso lo vinculan con el de pulmón. Plaza explica que los cánceres anteriormente mencionados se asocian al sexo oral, cuyo nombre real es cunnilingus (cuando un hombre acaricia las partes íntimas de una mujer) y felación (cuando es lo contrario). «Para muchas personas lo sexual es como la comida. Si no lo hace no se siente bien».
El galeno reveló que el hospital Luis Vernaza está en proceso de cambiar los exámenes de papanicolaou por un método avanzado y preciso que es la citología de base líquida, la cual consiste en tomar una muestra. «Con esta prueba ya no habrá esos falsos negativos y se logrará prevenir con más ahínco el VPH y los cánceres que se originan».
En ese mismo ámbito Cañadas adelantó que el MSP realiza estudios para implementar pruebas de ADN de VPH, que consiste en tomar muestras de sangre y es más efectiva para detectar la enfermedad. «A nivel privado ya se la practica, pero aún no de manera pública».