El nuevo aeropuerto Mariscal Sucre cumplió seis meses de funcionamiento. Durante este semestre, la nueva terminal aérea recibió varias críticas de los usuarios, quienes cuestionaron la distancia, el tiempo de arribo, los atrasos al partir, la suspensión y el desvío de vuelos hacia otros aeropuertos del país.
Augusto Barrera, alcalde de Quito, indicó que hasta julio el aeropuerto realizó 30 mil operaciones y 2,5 millones de usuarios se movilizaron. Al día, hasta ese mes, se realizaron 200 vuelos aproximadamente. Según el burgomaestre, el número de pasajeros internacionales subió más de un 14%.
Según la cuenta de Twitter del Municipio (@noticiasQuito), durante el periodo de operaciones del nuevo aeropuerto se ha cerrado 56 horas, que equivale al 1,45% hasta julio. María Sol Corral, vicealcaldesa de la ciudad, dijo que hay más vuelos internacionales en un 6%.
Factores como el clima y la fuerza del viento, según las autoridades, fueron los motivos principales para el retraso de los vuelos, aunque también la decisión de demorar los viajes dependió de las aerolíneas.
Alfredo Callejas, junto con su esposa María Hidalgo, retornó de Lima a la capital la semana pasada. Ellos comentaron que la nave tuvo que aterrizar primero en Cali, porque no pudo hacerlo en la terminal de Tababela debido a problemas causados por la neblina.
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), la fuerza del viento impediría que las aeronaves despeguen y aterricen con normalidad. La entidad reporta que entre julio y agosto, el viento suele ser moderado y alcanza 10 y 15 metros por segundo, pero puede superar los 45 kilómetros por hora, como ocurre en la parte oriental del sector de Tababela.
Las primeras críticas se realizaron en las redes sociales, donde los reclamos fueron hechos por personajes de la política y del espectáculo, así como de usuarios en general. Por ejemplo, el legislador de PAIS, Juan Carlos Cassinelli, en su cuenta de Twitter, publicó el pasado 13 de agosto: «Ya no es sorpresa, nos indican que el aeropuerto de Quito está cerrado. Yo viajo vía Latacunga». La usuaria Daniela González, también, presentó su crítica en esta red social: «El mal tiempo no es cuestión de las aerolíneas, el problema es el mal lugar en el que está el aeropuerto».
El personal de la Dirección Nacional de Aviación Civil también corrobora que el clima es la principal causa para los retrasos o la suspensión de los vuelos de las aerolíneas. Ellos explican que cuando los vuelos nacionales se demoran en partir de 16 minutos hasta menos de tres horas, el pasajero tiene derecho a un refrigerio y a una llamada telefónica de hasta tres minutos.
Varios usuarios, que prefirieron mantener sus nombres en reserva, indicaron que desde la inauguración de la terminal les ha tocado esperar alrededor de tres horas hasta que salgan los vuelos e incluso, en algunos casos, los viajes han sido cambiados de un día para el otro.
Linda Romero, periodista, viaja semanalmente a Quito desde Guayaquil. Su principal temor es aterrizar, pues algunas veces, los aviones que tomó tuvieron que sobrevolar la capital por varias horas.
El aeropuerto cuenta con el sistema «wind shear» que, según el Cabildo, permite transmitir a los aviones la velocidad y la dirección del viento en la pista. El sistema funciona desde julio. La Dirección de Aviación Civil reportó que en julio, cuatro aerolíneas nacionales tuvieron un 85% de vuelos realizados a tiempo, un 7% de cancelaciones y un 17% de demoras.
La antigua terminal podía acoger a 3.5 millones de pasajeros, en cambio, la nueva puede recibir a 5 millones de usuarios anualmente, según el Municipio. También, cuenta con un 35% más de espacio general y una estación de combustible.
Después de 2030, la terminal original sería exclusivamente internacional y se construiría una segunda terminal nacional. También se contempla la construcción de una segunda pista (auxiliar) de 2.350 metros de largo.
El Cabildo ha exigido, en los últimos meses a la empresa Quiport que concluya con la fase II de la construcción del aeropuerto. Dicho proyecto implica la ampliación hacia el lado norte de la terminal. Barrera afirmó que tiene continuas reuniones con la empresa para pedir que este mismo año se inicie la construcción de la segunda etapa.
Alza de transporte terrestre
Michael Salazar llegó a la terminal Quitumbe a las 07:00. Es comerciante y viaja cada cuatro días a Guayaquil. Indicó que antes prefería volar en avión, pero desde que el aeropuerto se trasladó a Tababela ya no utiliza este servicio. «Decidí no viajar en avión porque encuentro dificultades como la distancia, el retraso de los vuelos y la tarifa del taxi es muy costosa», dijo.
Este diario realizó un recorrido por varias terminales de buses interprovinciales que tienen rutas hacia Guayaquil y Cuenca, siendo estos los dos destinos que más demanda de pasajeros generan en el país. Las cooperativas Santa y Turismo Occidental que viajan a Cuenca y Loja indicaron que se incrementó la venta de pasajes en un 25%.
Martha Villa, operadora de Turismo Occidental, comentó que en tres turnos viajan alrededor de 120 pasajeros, antes el número de clientes era de 80, aunque precisó que el incremento se debe a la temporada de vacaciones en la Sierra.
Carmen Barahona vive en Cuenca y hace meses atrás tuvo una mala experiencia en el aeropuerto capitalino, pues su vuelo se tardó más de cuatro horas en partir. Eso le causó muchos retrasos en las actividades personales que tenía que realizar en su ciudad.»Ahora sé que cuando ttviajo por tierra llego a tiempo», señaló.
Con respecto a los viajes a Guayaquil, la venta de boletos subió del 30% al 40% en tres líneas de buses que realizan este trayecto: Occidental, Panamericana y Aerotaxi.
Pacífico Mantence trabaja en la línea de buses Panamericana Internacional y comenta que ha escuchado decir a varios pasajeros que prefieren viajar por tierra al Puerto Principal, pues si toman un avión llegan tarde. «Creo que la distancia al aeropuerto sí es un factor determinante para que las personas prefieran viajar por vía terrestre, pues un pasaje a Guayaquil cuesta menos que en avión y se llega sin demoras».
Patricio Bastidas, jefe de recursos humanos de la compañía Flota Imbabura, que viaja a Riobamba e Imbabura, dice que también registra un incremento de pasajeros. Por esta razón, la compañía decidió abrir las rutas tres días a la semana y los viajes extras a estos destinos se realizan con los buses llenos.
MÁS USUARIOS OPTAN POR IR VÍA TERRESTRE
Compañías de transporte terrestre con unidades que viajan desde Guayaquil hasta Quito presentan mayor demanda por parte de los usuarios en los últimos seis meses.
Diversas cooperativas coinciden en que el incremento se registra desde que se inauguró en la capital el aeropuerto de Tababela.
La empresa Panamericana, en su boletería de la Terminal Terrestre de Guayaquil, informó que medio año atrás viajaban diariamente entre 4 y 5 unidades a la capital, pero ahora lo hacen 7.
Asimismo, se incrementó la cantidad de viajeros. Actualmente, los automotores van llenos de lunes a domingo, cuando medio año atrás aquello se observaba solamente en los fines de semana. El cambio del hábito de los viajeros se evidencia, a nivel global, en la cantidad de usuarios de la Terminal Terrestre de Guayaquil.
Según las estadísticas de esta entidad, en relación a los mismos cinco meses del año pasado, se reportó la subida de más de 4.500 usuarios que se movilizaron por vía terrestre hasta la capital. De febrero a junio del presente año viajaron a Quito más de 178 mil personas.