La declaración -por anticipado- de un testigo protegido por la Fiscalía fue primordial, durante la audiencia pública de juzgamiento, para que los jueces del Décimo Tribunal de Garantías Penales del Guayas resuelvan dictar veredicto acusatorio contra los cinco procesados por el asesinato del Gral. Jorge Gabela Bueno, ex comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
René Astudillo, fiscal que investigó el caso, presentó, como elemento de convicción el testimonio de ese testigo, quien aseguró haber escuchado una conversación entre Tonny Tyron Terán Tomalá, alias “Volante”; Jaime Denis Arias Tomalá, alias “Puta puta”; y Julio Sánchez Salavarría, alias “Sianca”, referente al homicidio del oficial.
El atestiguante relató, en su versión por escrito, que esa plática se dio en el bar “Las Madrinas”, situado en las calles Babahoyo y Colombia.
Dijo que uno de los acusados habría expresado: “La nota era apretar a la pelada, por gusto le disparaste. Ya estábamos adentro y el camello estaba frío”.
Asimismo, el fiscal, en su comparecencia, mencionó que el testigo había señalado, además de los tres procesados, a Teófilo Meléndrez Cornejo y a Máximo Torres Tutivén, como miembros de una banda delictiva dedicada a asaltar y robar a residentes de las urbanizaciones privadas de la vía a Samborondón.
En base a esas pruebas presentadas por la Fiscalía, durante los tres días que duró la audiencia, los jueces del Décimo Tribunal de Garantías Penales del Guayas, Manuel Armas Proaño, José Canchingre Tama y Héctor Carvajal Villalva, resolvieron dictar veredicto acusatorio en calidad de autores materiales contra los tres primeros de los procesados, lo que supondría una sentencia de 25 años de reclusión.
Mientras que Meléndrez fue encontrado culpable del delito en el grado de cómplice, cuya pena podría ser de entre 8 y 12 años.
Finalmente, Torres podría purgar una sentencia de 8 años por ser hallado encubridor del crimen, puesto que fue relacionado, tras ser apresado mientras conducía el carro Hyundai Tucson que fue usado para el cometimiento del delito.
Otro de los aspectos que valoraron los judiciales fue que Astudillo fundamentó su imputación en el resultado de la experticia realizada al sistema de celdas de llamadas entrantes y salientes de la empresa Claro. El peritaje dio como resultado que “Volante”, “Sianca”, “Puta puta” y Meléndrez se comunicaron vía celular antes y durante el hecho.
El abogado defensor de “Volante” y “Sianca”, Mario Candell, objetó que los resultados de las experticias a los sistemas de la operadora Claro no fueran sometidos a contradicción. Argumentó que las “declaraciones del testigo protegido no son lógicas, puesto que resulta irrisorio que tres supuestos autores de un delito lo comenten abiertamente en un sitio público”.
Las jornadas de audiencia, realizadas miércoles, jueves y viernes de la semana anterior, en el auditorio del Palacio de Justicia, se desarrollaron con normalidad a pesar de que Raúl Llerena, abogado patrocinador de Terán, decidió a última hora abandonar el caso y excusarse de intervenir. Esa medida causó revuelo entre los familiares del procesado, quienes contrataron a Candell, ya que no querían que intervenga un defensor público.
Mientras tanto, durante la diligencia, otros elementos de prueba fueron presentados contra los procesados, como fue el caso de que Arias y Sánchez enfrentaron otro proceso por la muerte del policía Cristhian Cúñez Peñafiel.
Astudillo explicó que el arma empleada en la muerte del Gral. Gabela fue la misma que catorce días después se utilizó contra el agente. Criminalística determinó esa situación tras comparar las vainas recogidas en las dos escenas del crimen, en distintas fechas y ubicación.