En muchas actividades diarias el ser humano necesita pilas o baterías para que funcionen varios artefactos. Sin embargo no reflexionamos qué pasará con las pilas cuando finalice su uso, aún cuando el desecho inadecuado es peligroso.
Las pilas están compuestas por sustancias como el mercurio, cadmio, magnesio, níquel, etc.
Estos elementos son nocivos para el ser humano y el ambiente. Durante la funcionalidad, las baterías no plantean riesgos, ya que la cápsula aísla su contenido interior del medio, pero con el tiempo y al ser sometidas a factores ambientales como el sol o humedad, la cápsula se deteriora progresivamente hasta romperse. Entonces ella no deben ser arrojadas a la basura, pues se debe evitar que toquen el suelo.
Las pilas tipo botón (aquellas utilizadas en los relojes) son consideradas muy tóxicas. Por ejemplo, si estas pilas se tiran con la basura y alcanzan las napas de agua, pueden contaminar 600.000 litros del agua que muchas personas beben.
Lo que nunca hay que hacer:
Depositarlas en la basura común.Arrojar las pilas al inodoro o al río.Quemarlas, porque desprenden metales.Enterrarlas.Tirarlas a la calle.
Cómo desecharlas correctamente:
En Quito existen diferentes lugares donde específicamente se recolectan pilas-baterías, como Kywi, Santa María, Radio Shack, Diners Club, Tía, Supermercados Magda, y otros.
Para almacenar las pilas provisionalmente hasta encontrar la manera más segura de desecharlas se recomienda lo siguiente:
Guardar las pilas en un recipiente plástico de boca ancha y tapa.Ubicar el recipiente en lugares de difícil acceso para los niños y animales.Asegurarse que esté en un lugar ventilado y al resguardo del agua.
Sin embargo lo más recomendado es comprar pilas recargables, o de buena calidad para no desecharlas tan pronto. Recuerde que sus acciones aunque parezcan pequeñas son de gran influencia para la vida misma.
Por: Paula Castelo