La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue creada en 1959 y es un órgano principal y autónomo de la OEA, encargado de la promoción y protección de los Derechos Humanos en el continente americano. Tiene su sede en Washington.
Esta semana, 54 años después, el organismo se enfrenta a otra batalla cuando, en Ecuador, está prevista una reunión para tratar las reformas a sus sistema, impulsadas por varios gobiernos de la región.
«El sentido de la solidaridad americana y de la buena vecindad no puede ser otro que el de consolidar en este continente, dentro del marco de las instituciones democráticas, un régimen de libertad individual y de justicia social fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre», se resalta entre uno de los 13 objetivos de la CIDH que este viernes podrían ser modificados.
En la reunión, que se organiza en Guayaquil, participarán los 24 miembros de países suscriptores de la Convención, convocados por el Gobierno ecuatoriano. Otros cambios girarían en torno a restringir el poder de la CIDH de adoptar medidas cautelares, limitar las facultades de relatorías especiales y su financiamiento.
Críticas
Aunque la gira es catalogada por varios sectores como «legítima», el exalto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, José Ayala Lasso, y el director de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep), Diego Cornejo, opinaron que en esta ocasión se trata de un mecanismo que tiene como finalidad debilitar al actual sistema, cuestionar sus facultades y suprimir las medidas de protección y cautelares cuando hay evidencias de violación a estos derechos, por ejemplo la protesta social.
«La motivación no es buscar el fortalecimiento del sistema sino procurar que no se creen situaciones incomodas e inconvenientes para los Estados; eso va en contra de la lucha permanente por los Derechos Humanos», puntualizó el diplomático.
Ayala espera que los cancilleres que participarán en Guayaquil «comprendan» que el problema no es debilitar al Sistema, sino darle más fuerza y más capacidad de acción para «evitar los abusos del Estado».
Cornejo piensa que países como Chile, Colombia o Perú no apoyarían la tesis de desmantelar el Sistema, particularmente a la Relatoría sobre Libertad de Expresión.
Versión oficial
El canciller Patiño criticó ayer el papel de mero investigador que, según dijo, tiene en la actualidad la CIDH. En busca de apoyos a esa reforma, Patiño ha visitado Colombia, Venezuela, México, Chile, Argentina y Brasil y ayer prosiguió su gira en Haití, donde se reúne con el canciller, Pierre Richard Casimir y en la República Dominicana, donde tiene previsto entrevistarse también con el canciller, Carlos Morales, y con el presidente, Danilo Medina.
«Hay algunos derechos que no están siendo (…) suficientemente atendidos, en parte porque no hemos puesto los recursos suficientes», indicó y abogó por fortalecer la financiación «para que todas las relatorías sean especiales, no solamente una».