Junto al puente, los obreros limpiaban la calzada y colocaban los últimos adoquines a los costados del viaducto. En la mañana de ayer, algunos habitantes decidieron ir a conocerlo, debido a que ya podían cruzar desde barrio Cristo del Consuelo hasta Cisne II.
Así lo hizo María Toledo acompañada de sus tres hijos, quienes observaron con atención el arco de 15,70 metros sobre la estructura y las fachadas de las casas aledañas que fueron mejoradas por el Cabildo.
“La gente está pasando, recién lo vine a ver. Solamente me di la vuelta porque dicen que ya lo abrirán”, dijo la moradora, quien durante el lapso que permaneció cerrado prefirió utilizar las canoas que ofrecían los pescadores antes que las rutas de los buses.
Es que debido a la geografía del suburbio y los esteros que lo rodean, el puente de la A es primordial para la transportación en esa parte de la urbe, por lo que los pobladores debieron optar por puentes como el de la calle G o el de la 4 de Noviembre (Carlos Guevara Moreno).
Hasta el pasado martes, varios conductores de las cooperativas de transportación urbana que fueron consultados por este Diario mostraban su desconocimiento sobre las rutas a partir de hoy.
Respecto de la calle Lizardo García, su cambio de doble vía a unidireccional no se realizará hoy porque es un proyecto que no está listo para aplicar.
Las líneas que volverán a pasar por la estructura son la 32 (1 y 2), la 38 (1 y 2), la 50, la 73, la 90, la 93 y 128.
El viaducto de cuatro carriles tiene una extensión de 148 metros, ciclovía y camineras laterales. Se construyó a un costo de $ 4’875.761.