Una corte de arbitraje internacional concluyó que Ecuador incumple leyes internacionales «al no haber impedido» la ejecución de un fallo contra Chevron, que le obliga a pagar 19.000 millones de dólares por un caso de contaminación en la Amazonía, según un comunicado divulgado hoy por la petrolera.
El laudo, emitido por un panel de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, dispone que Ecuador ha violado fallos provisionales previos, bajo el derecho internacional y el tratado bilateral de inversiones entre Quito y Washington.
Esos laudos instaban a Ecuador a «tomar todas las medidas a su alcance para suspender o hacer que se suspenda la ejecución o el reconocimiento dentro o fuera del Ecuador de cualquier sentencia» contra la firma estadounidense.
En sus resoluciones anteriores, el tribunal había advertido, además, de que «cualquier pérdida surgida de la ejecución (de la sentencia) serían pérdidas por las que (Ecuador) sería responsable (ante Chevron) bajo el derecho internacional».
Asimismo, la corte ordenó a las autoridades de ese país «explicar por qué no se ordenó una compensación a Chevron por todos los daños consiguientes» de su intento de ejecutar dicha sentencia, surgida de un juicio ambiental en contra de la compañía en Lago Agrio, Ecuador.
«La decisión del tribunal confirma que las acciones de ejecución que se están persiguiendo en contra de Chevron en Argentina, Brasil y Canadá atentan contra el derecho internacional», agregó en el comunicado el vicepresidente y consejero general de Chevron, Hewitt Pate.
En su opinión, Ecuador «se ha aliado» con abogados estadounidenses «que han usado cortes corruptas para llevar adelante un fraude sin precedentes».
Declaró, asimismo, que «no es demasiado tarde para revertir el curso, declarar la sentencia de Lago Agrio ilegítima y enfrentar los desafíos reales que enfrentan sus ciudadanos».
Un juzgado ecuatoriano condenó en febrero de 2011 a Chevron a pagar la millonaria indemnización por daños ambientales que ocasionó la petrolera Texaco en la Amazonía entre 1964 y 1990, una empresa que fue posteriormente adquirida por la ahora segunda mayor petrolera de Estados Unidos.
La multa, considerada la más cuantiosa de la historia por una cuestión medioambiental, es resultado de un caso judicial iniciado en 1993 por el que comunidades de la Amazonía ecuatoriana, tuteladas por abogados estadounidenses, demandaron a Texaco por la contaminación.
Sin embargo, Chevron insiste en que ambas partes habían alcanzado previamente un acuerdo que exoneraba a Texaco de responsabilidades ambientales futuras, y cree que en el juicio en Ecuador los abogados de los demandantes falsificaron datos y presionaron a peritos científicos para encontrar contaminación.