Veintiocho personas, incluidos 22 niños, murieron el martes por la noche en el dramático accidente de un autobús belga en Sierre, en el cantón del Valais (sur de Suiza), que conmocionó a Suiza y Bélgica.
El vehículo, con 52 personas a bordo, circulaba en dirección de Sion cuando chocó a las 21:15 locales contra una pared de un túnel de autopista entre las salidas este y oeste de Sierre por un motivo todavía desconocido. El autobús se desvió su trayectoria y se empotró contra la pared del túnel.
Los escolares, de unos 12 años, que viajaban de regreso a Bélgica (provincia del Brabant flamenco y del Limburgo), terminaban de pasar unas vacaciones esquiando en Anniviers, en Valais.
Después de bajar a un valle, el conductor tomó la autopista A9 en dirección hacia Sion/Lausanne. Dos kilómetros más adelante, por un motivo desconocido, el autobús se desvió hacia su derecha y chocó contra el borde de la calzada. Luego impactó contra una pared de hormigón situada en la extremidad de una plaza de emergencia.
Este choque frontal fue de una violencia extrema. La parte delantera del autobús resultó fuertemente dañada y dejó bloqueados a numerosos ocupantes, indicó la Policía en un comunicado.
La autopista se cerró en las dos direcciones y varias personas que se habían quedado atrapadas fueron rescatadas.
Los heridos se transportaron en helicóptero y en ambulancia hacia diferentes hospitales de la zona. El balance de este terrible accidente es de 22 niños de una docena de años y seis adultos muertos, incluidos los dos conductores del autobús, según la Policía.
Otros 24 niños resultaron heridos, algunos de gravedad, entre ellos tres niños que están en coma, y hay diez menores que viajaban en el autobús que eran de nacionalidad holandesa, uno era polaco y otro alemán, informó el Gobierno belga. Mientras tanto, los familiares de las víctimas empezaron ayer a trasladarse al lugar de la tragedia.
Antes de partir a Suiza, el primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, decretó ayer un día de luto por el accidente. “Es un día negro para nuestro país, todos los belgas comparten nuestra inmensa tristeza, no hay palabras para expresar lo que sentimos. Vista la amplitud de la catástrofe y la emoción que suscita, el Gobierno decretó un día de luto nacional”, declaró.
La delegación belga viajó acompañada por un equipo de psicólogos para atender a los padres de los niños.