“¡Oye, no seas robaburro! ” le dijo Jorge Jaén a un supervisor municipal que, el pasado viernes, ordenó la retención de 10 piezas de la muestra “Burros de colores”.
Todo empezó hace cinco días, en la mañana, cuando el mencionado artista pegaba imágenes, elaboraradas con papel y pintura, en las paredes del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), ubicado al final del Malecón Simón Bolívar.
“Ricardo Bohórquez estaba fotografiando los burros para el catálogo que se entregará a los visitantes en la exposición que se realizará el 14 de octubre en el museo. Por eso puse las imágenes en la pared, pero cerca de las 11:00 llegaron en camionetas funcionarios del Cabildo y nos dijeron: ‘¿Dónde están los permisos?’”.
Luego -cuenta Jaén- mientras Bohórquez fue a buscar a Sara Bermeo, curadora del Fondo de Arte del museo, para que explique a los funcionarios que esta actividad contaba con el aval de quien regenta el espacio, es decir, el Ministerio de Cultura. Un supervisor del Cabildo dijo a Jaén: “Yo soy el supervisor del Municipio y a mí me mandan a pedirle el permiso a usted”.
El audio de este episodio está registrado en el teléfono de un joven que trabaja en el sector, quien presenció cuando el personal del Cabildo se llevaba las obras de arte.
“Basta que sean burros y olvídate, nada pueden pegar, en ninguna parte, en ningún lado…” son las frases que se escuchan en la grabación y que son pronunciadas por un sujeto que en la grabación se identifica como supervisor municipal.
Sara Bermeo, testigo y curadora de la muestra, manifiesta que intentó explicarle al funcionario y a sus acompañantes de que se trata el asunto. Ella les dijo que tomaban fotografías para un catálogo y que los burros estarían pegados durante el tiempo que dure la sesión, pero ellos no la escucharon.
“El personal procedió a agredirme verbalmente, uno de ellos me tomó agresivamente de la camisa insultándome, quizás para que yo reaccione y cometa el error de pegarle un puñete”, denuncia Jaén.
Acto seguido, según testimonios de los presentes y la grabación de sonido, el supervisor ordena la confiscación de las figuras, que fueron llevadas a la camioneta que tenía un logo del gobierno seccional.
Los “burros” forman parte de una exposición de pinturas y fotografías, en la que se exhibirán 200 jumentos de colores, que conforman el proyecto que inició en la calle y que ahora llegará al museo.
“A nivel mundial las propuestas de arte en general también se generan fuera de las instituciones”, manifiesta Jaén.
“Burros de colores” es también un proyecto que ha recorrido el país. Jaén visitó varios sitios lejanos, como Chunchi, invitados por autoridades de dichas poblaciones.
“En Chunchi, por ejemplo, 100 niños pintaron sus burros para decir que no todos los pequeños de allá se suicidan”, interpreta.
Meses atrás en la ciudad, con el auspicio del Cabildo local, otros artistas hicieron varias obras que fueron parte de la exposición llamada “Caballos de colores”, que no tuvo problemas.
Jaén insiste en que no busca ofender con su propuesta, sino brindar un soporte de comunicación que ayude a transmitir un mensaje.
Para Jorge, las acémilas son también animales que han formado parte de la historia de la ciudad y han contribuido a su desarrollo.
Ayer, hasta el cierre de la edición, este diario intentó comunicarse con el Cabildo, pero no se obtuvo respuesta.
Actualmente hay ordenanzas que regulan el uso del espacio público, no obstante, la Constitución, que norma el trabajo, reza que “está prohibida toda forma de confiscación de productos, materiales o herramientas de trabajo”.