Por tres días estuvo a la deriva, el cuerpo de una ballena jorobada, en el canal del Morro, en la provincia costera del Guayas. El cetáceo de más de diez metros de largo no pudo ser sacado del mar debido a su avanzado grado de descomposición, y por el peligro de su desintegración.
El gigante mamífero encalló el medio día de este miércoles, en la playa de Data de Villamil, del cantón General Villamil, a la altura del kilómetro 7. Ante la imposibilidad de removerlo, el animal fue enterrado por el personal de la subsecretaría de Gestión Marina y Costera del Ministerio del Ambiente (MAE).
Las ballenas jorobadas migran cada año al inicio del invierno polar, en una travesía de más de 7.000 km, desde las frías aguas antárticas en el Polo Sur, donde habitan.
En su recorrido por la supervivencia, arriban hasta las aguas tropicales de las costas de Ecuador, donde permanecen durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre. Durante este tiempo las ballenas ahorran energía, aparean y se reproducen con nuevas crías.
En el caso del cetáceo varado, la subsecretaria de Gestión Marina y Costera, Silvia del Campo, explicó que el objetivo era que la especie llegue entera, hasta un lugar específico, que podía ser las playas de Villamil o Puná (golfo de Guayaquil).
Finalmente, el animal fue enterrado en el mismo lugar donde encalló, con la ayuda de una retroexcavadora del Municipio de Playas, que removió la arena hasta alcanzar un hoyo adecuado para disponer los restos.
Los técnicos tomaron muestras de la ballena, que serán analizadas para determinar las causas de su muerte; asimismo, colocaron cal sobre la fosa para evitar el hedor. El MAE mantendrá el monitoreo de la zona costera, en la cual se han presentado eventos similares en los últimos años.