Un grupo de científicos de la Universidad de California, Los Angeles, que estudiaba un asunto totalmente diferente, dio por casualidad con lo que podría ser una cura definitiva para la calvicie.
Los científicos trabajan con ratones genéticamente modificados capaces de una sobreproducción de la hormona del estrés llamada factor de liberación de corticotrofina, o CRF, por su sigla en inglés. Estos ratones perdían el pelo en la medida en que se iban convirtiendo en modelos de estrés crónico.
En ese marco, investigadores del Salk Institute, de la Universidad de La Jolla, California, habían desarrollado un compuesto químico que tenía la habilidad de bloquear la acción estresante del CRF, un péptido llamado astressin-B. Los investigadores les inyectaron varias veces dicho compuesto a los ratones para ver de qué manera se manifestaban los efectos inhibitorios del estrés en el tracto gastrointestinal. Cinco días después devolvían los ratones calvos a las jaulas, junto a sus colegas de tupida pelambrera.
La sorpresa sobrevino tres meses después, cuando los científicos volvieron en busca de los ratones para más experimentos y se encontraron con que todos los sujetos presentaban una piel peluda. Los ratones calvos habían recobrado su pelo.
Ahora los científicos pretenden replicar algunos de los casuales hallazgos en seres humanos, para saber si es que el efecto inhibitorio del componente antiestrés, también resulta en la recuperación paulatina del cabello perdido.