El 5 de abril de 2011 el presidente Rafael Correa declaró persona non grata a Heather Hodges, embajadora de Estados Unidos, y le pidió dejar el país lo antes lo posible. En México, por esos días también hacían lo mismo con otro diplomático estadounidense.
La medida ocurrió tras la publicación que el diario El País de España hiciera de un cable filtrado por WikiLeaks en el que Hodges afirmó “que el presidente Rafael Correa nombró al comandante general de Policía Jaime Hurtado sabiendo que era corrupto”.
Pero este no sería el único cable en el que Hodges revela su clara postura sobre el gobierno de Correa. La funcionaria expone en reiteradas oportunidades su aparente preocupación por la falta de capacidad organizativa de la oposición y la ausencia de un liderazgo que pueda hacer frente al presidente Correa.
El 24 de marzo de 2009 Hodges emite un reporte confidencial codificado 09QUITO202 en el que considera “que los programas de Gobierno para beneficiar a los pobres hacen que Correa sea un competidor muy duro”.
Además, evidencia su decepción ante la falta de capacidad de los grupos opositores para reagruparse: “La oposición no ha sido capaz de reagruparse después de haber perdido las cuatro últimas elecciones, y no ofrece una alternativa atractiva a nivel nacional”. (“The opposition, which has not been able to regroup after the last four lost elections, does not offer a compelling alternative on the national level”.)
Casi un año después, en otro cable, fechado 15 de enero de 2010 (10QUITO11), la embajadora sigue reportando su preocupación y evoca incluso el éxito que sí logró la oposición en la caída del ex presidente Abdalá Bucaram, en 1997. Bajo el título “Ninguna amenaza real contra Correa en el horizonte”, Hodges señala: “Mientras grupos dispares de la oposición fueron capaces de unirse y derrocar al ex presidente Bucaram en poco más de cinco semanas en 1997, parece que los movimientos actuales son más débiles y menos organizados que nunca, salvo algún improvisado evento que los junta de repente. La brecha en la orientación ideológica de los grupos de oposición -algunos en la extrema derecha y otros de extrema izquierda- es un mal augurio para la perspectiva de cualquier acción conjunta”.
(“While disparate opposition groups were able to coalesce and topple former President Bucaram in little more than five weeks in 1997, it appears the current movements are weaker and less organized than ever, barring some unforeseen event that brings them suddenly together. The divide in ideological orientation of opposition groups -some on the far right and others on the far left- also augurs poorly for the prospect of any joint action”).
La decepción de la embajada es tan evidente que describe los males que afectan a la oposición sin lamentarse en ningún momento por los efectos que una inestabilidad política podría provocar en todos los niveles al Ecuador: “No hay unidad entre los movimientos políticos y sociales para que surja una figura de oposición (…) incluso han programado sus manifestaciones en fechas diferentes, dejando en el aire sus quejas particulares, perdiendo una oportunidad para el show de la unidad que fue tan eficaz en 2000 y 2005”.
En los análisis de la embajadora hay elementos políticos sobre una visión de la gestión económica del Gobierno. Por ejemplo, denomina generosidad fiscal a la ejecución de planes sociales y a la recuperación del Estado como actor principal de la gestión pública. Para ella, eso impediría cualquier cambio político.
Así lo describe en el mismo cable oficial del 15 de enero de 2010: “Ha aumentado considerablemente el gasto en salud y educación, especialmente en las zonas rurales, donde residen aproximadamente 5 millones de ciudadanos de 14 millones de ecuatorianos. Los beneficiarios de esta generosidad fiscal, tradicionalmente ignorada por los últimos gobiernos, forman una amplia y estable base política para Correa y es probable que se opongan a cualquier cambio político que potencialmente pueda perturbar estos programas favorables a los pobres”.
La oposición es considerada por Hodges como débil e incapaz y añade: “los grupos opositores tradicionales, líderes y hombres ricos no han podido crear oposición fuerte con ninguna presencia pública”.
HODGES ASEGURA QUE COMPRA DE AVIONES MILITARES A EE.UU. PROVOCARíA CAMBIO EN EL EQUILIBRIO REGIONAL Y CRíTICAS DE LOS ALIADOS DE EE.UU. POR LA VENTA
La Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) solicitó una cotización a los EE.UU. para la adquisición de 24 aviones F-16 c/u LOCK 60 MLU para reemplazar su flota de aviones Kfir israelíes y Mirage franceses comprados hace más de 30 años.
La embajadora Hodges reporta a Washington el 27 de marzo de 2009 (QUITO216) sobre las implicaciones de la venta. Elucubra sobre los efectos regionales y advierte que no existiría riesgo para los EE.UU. de un ataque por parte de Ecuador: “Aunque es extremadamente improbable que el grupo de expertos utilizaría el avión o la tecnología contra los Estados Unidos, Ecuador tiene una historia de inestabilidad política que podría preocupar en la región”.
Para avanzar en la negociación de los aviones, Hodges solicita en el mismo cable orientación a Washington. Le perturba la posibilidad de que puedan ser comprados a otros países. “La venta de F-16 ayudaría a mantener una larga relación militar entre U.S. (se refiere a EE.UU.) y Ecuador e impedir que haga la compra a Rusia, Francia o China”.
¿PROBLEMA DE IMPUESTOS?
El 28 de mayo de 2009, Hodges comunica, en el cable 09QUITO389, a Washington sobre el proceso de entrega de la base de Manta al Gobierno ecuatoriano.
Tras la decisión del régimen de dar por terminado el convenio de la base de Manta, funcionarios de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y de algunos ministerios relacionados coordinaban con personal militar norteamericano y funcionarios de la embajada la retirada de toda la infraestructura, equipos y demás implementos existentes en la base.
La embajadora Hodges comunica a Washington “que se podría donar más de 4.000 artículos a las organizaciones caritativas de la provincia de Manabí”, esto podría sonar como una generosa proposición, sin embargo, al final del cable Hodges comenta:
“La embajada está discutiendo con el Ministerio de Relaciones Exteriores la transferencia de los vehículos y la ambulancia que queremos donar a organizaciones, a fin de evitar cualquier evaluación de derechos de importación”.