Recorrer una mayor distancia para llegar hasta sus urbanizaciones, un mayor gasto de dinero en transporte o en combustible, son algunos de los inconvenientes que existen, según moradores de varias urbanizaciones ubicadas en la Vía a la Costa, luego de la implementación de los 4 nuevos retornos a la altura de los kilómetros 11, 15, 19 y 21, que reemplazan desde hace dos semanas a los doce anteriores, ubicados en diferentes tramos.
María Fernanda Estévez es moradora de la Urbanización BeloHorizonte, en el kilómetro 11,5. Dice que al igual que las ciudadelas PortoFino y Laguna Club son los más perjudicados con la construcción de las nuevas entradas.
“Nos mandan a dar la vuelta casi al kilómetro 14. En mi caso, me movilizo en taxi y ahora ya no pago $4 sino $ 5, porque el vehículo debe recorrer más”, sostiene.
Pero no solo los moradores manifestan su descontento, sino también las personas que trabajan en el sector. Lili Pilataxi de Arenas es la rectora del Colegio Steiner, ubicado en el kilómetro 16,5. Anteriormente tenían un retorno frente a su institución.
“Estas construcciones entorpecen el tránsito y generan retrasos. Nos parece insólita la construcción de los nuevos retornos en puntos tan distantes como si este no fuese un sector poblacional. Debemos recorrer varios kilómetros de ida y de regreso”, afirma la rectora.
Según ella, únicamente su institución está compuesta por cerca de 1.500 personas, sin contar con los moradores de las urbanizaciones, que se perjudican de esta obra.
La obra fue ejecutada por la Constructora Verdú y realizada por el Ministerio de Transporte y Obras Publicas (MTOP).
Según la Subsecretaría Regional de la cartera de Estado, los factores a considerarse para su construcción fueron los accidentes producidos por los retornos antitécnicos e inseguros y por el aumento de circulación vehicular en la vía.
“Muchas personas quieren el retorno en la entrada de su ciudadela, pero el bien común está sobre el bien particular”, asegura el Subsecretario Ricardo del Hierro.
A lo largo de la vía se notó poca vigilancia de la Comisión de Tránsito del Ecuador, pese a que la mañana de este martes se registró un accidente a la altura del kilómetro 15.
Las entradas son bidireccionales y están señalizadas con tachas reflectivas, pintura amarilla y blanca y delineadores abatibles. El costo de la obra es de aproximadamente $1.000.000.