Una violenta agresión contra un grupo de vendedores informales por parte de la policía metropolitana, a órdenes del Municipio de Guayaquil, tuvo tintes de odio racial.
Las víctimas de este nuevo ataque municipal fueron unos setenta integrantes de la Asociación trabajando para el bienestar vendiendo jugo de coco”.
Ellos realizan su actividad en el centro de la ciudad y, para evitar inconvenientes con el cabildo, se han organizado registrando a sus miembros con carnets y uniformándolos.
Domingo Ayoví, miembro del gremio, contó a diario El Telégrafo que el enfrentamiento de ayer se produjo porque el miércoles a las 13:00, él y sus compañeros de trabajo se encontraban en las calles Eloy Alfaro y Calderón, cuando llegó Guido Hernández, funcionario del Municipio.
“Golpeó a uno de mis compañeros, hechándole gases y tirándolo al piso”, recuerda. Narra que ante la reacción de sus compañeros, quienes corrieron a defenderlo, apareció un piquete de agentes que “le partieron la cabeza a un compañero”.
La asociación procedió, entonces, a realizar la denuncia formal en la Fiscalía. Ellos afirman que los policías metropolitanos se llevaron el miércoles once carretas.
Ayoví mostró una tomografía, realizada en el Hospital Guayaquil, para probar la agresión hacia su compañero.
La Policía llegó a un acuerdo con los municipales, quienes se repliegan a la esquina, mientras los miembros de la asociación denuncian a la prensa sus conflictos.
Ayoví enseñó documentos en los que aparece el nombre de la asociación inscrita bajo el Acuerdo Ministerial 9793. “Nos pidieron que nos identificáramos con las credenciales (muestra la suya), con esfuerzo compramos las camisetas.
No matamos a nadie, Somos vendedores”, reclama Julio Valencia, a quien los metropolitanos le partieron la ceja. “Guido Hernández les dice: Maten a esos negros. Esa es la palabra que usa”, indica Valencia.