Una oleada de choques y ataques entre fuerzas de seguridad y manifestantes opositores al gobierno dejó el martes un saldo de por lo menos 59 muertos en Irak y motivó la renuncia de dos ministros sunitas en medio de una creciente tensión en el país.
Los estallidos de violencia incluyeron el secuestro de un soldado por parte de manifestantes armados, en la más sangrienta jornada de protesta de la minoría sunita en los últimos cuatro meses.
Los manifestantes pedían la renuncia del primer ministro, el chiita Nuri al Maliki, y exigen el fin de las persecuciones contra los sunitas por parte del gobierno, de mayoría chiita.
Reportes de última hora señalaban la muerte de al menos diez personas a consecuencia del ataque de chiitas a una mezquita sunita.
Pero la violencia había comenzado poco antes del amanecer en la ciudad de Hawijah, en la provincia de Kirkuk, donde los manifestantes permanecían acampados en una plaza central que fue objeto de un asalto por las fuerzas de seguridad.
Las fuerzas antimotines atacaron la plaza central luego de expirar un ultimátum para que los manifestantes entregaran a los responsables del asesinato de un soldado hace una semana, según el ministerio del Interior.
Por lo menos 25 manifestantes y dos militares murieron en el asalto y 70 personas resultaron heridas, informó el ejército.
Sin embargo, los testimonios sobre lo ocurrido no son coincidentes.
Un brigadier general de la división del ejército en la zona dijo que la operación era contra un grupo autodenominado Ejército de Naqshbandiya, y que las fuerzas de seguridad abrieron fuego después que fueron atacados.
Otro oficial del ejército dijo que 34 fusiles automáticos Kalashnikov y cuatro subametralladoras PKM fueron halladas con los manifestantes.
Sin embargo, éstos insisten en que las fuerzas de seguridad provocaron el choque.
Poco más tarde, un grupo de hombres fuertemente armados atacó puestos de control militar en Al Rashad y Al Riyadh, en Kirkuk. Por lo menos 13 de los hombres armados que perpetraron el ataque resultaron muertos.
Horas después, manifestantes fuertemente armados mataron a seis soldados y secuestraron a otro con vida cerca de Ramadi, al oeste de Bagdad, donde quemaron dos vehículos blindados de transporte de tropas, dijo el teniente Ibrahim Faraj.
Tres soldados kurdos murieron y 20 resultaron heridos después que hombres de tribus sunitas atacaron una patrulla militar en Sulaiman Bek, en la provincia de Saladino, dijo Mulla Karim Shukr, un dirigente político kurdo.
Ministros renuncian
Casi de inmediato, el ministro de Educación, Mohamed Ali Tamin (un sunita), presentó su renuncia en protesta por la represión autorizada por las autoridades chiitas, indicó un funcionario del gabinete. Luego lo hizo el ministro de Ciencia y Tecnología, Abdulkarim al Samarraie.
En marzo, otros dos ministros sunitas renunciaron a raís de la muerte de un manifestante en una protesta contra el gobierno: Ezzedine al Dawleh de Agricultura, y Rafa al Esawi, de Finanzas.