Dolores Guerra, Dolores Vélez y Dolores Briones, aparte de llevar el mismo nombre tienen otro denominador común: las dos últimas son viudas de Carlos Andrade y Guime Córdova, quienes murieron la mañana del 19 de noviembre durante un cruce de balas entre efectivos policiales y una banda de delincuentes que atracó la farmacia Fybeca, en la ciudadela Alborada, en el norte de Guayaquil. Mientras, Guerra reclama por la desaparición de su cónyugue, Johnny Gómez.
Cerca de siete años han transcurrido desde este hecho y hasta hoy permanece en la impunidad. No obstante, a inicios de esta semana, el ministro del Interior, Gustavo Jalkh, anunció la reapertura del caso Fybeca, en el marco del evento oficial denominado “Contra la Impunidad y por la Verdad”.
De su parte, las tres Dólores, como se las conoce, pese sentir cierta desconfianza, se mantienen en pie de lucha y guardan todavía las esperanzas de que se haga justicia y que el caso tenga un final positivo.
En diálogo con la Agencia de Noticias ANDES, Dolores Vélez, evidentemente molesta y con mucha tristeza señaló que, pese al tiempo trascurrido, todavía existen secuelas dejadas por el asesinato de su esposo, porque cada vez que se vuelve a tratar este tema “levantan de la tumba” los hechos pasados “y eso es un dolor muy grande”.
“Anoche pasaron la noticia, y al ver la cantidad de personas tiradas en el piso con números y todo, mi hija comenzó a preguntar: ¿Cuál de ellos es mi papa?”, comentó Vélez.
De su parte, Dolores Guerra agradeció al Gobierno la reapertura del caso y a la vez pidió que esta vez el proceso llegue a una resolución.
“Han pasado siete años y no hay tantas vueltas que dar cuando el mundo entero se dio cuenta de todas las violaciones que se cometieron. Sé que estas investigaciones las van a realizar personas de la Policía Judicial”, dijo Guerra tras señalar su desconfianza respecto a la participación de elementos policiales que de alguna forma puedan obstaculizar el proceso.
Dolores Briones, esposa de Guime Cordova, quien murió también durante la balacera en Fybeca también pidió justicia.
“Espero, y se lo dije al ministro del Interior, que esto no sea el mismo trampolín que se dio hace siete años que se tiraba cada uno la pelota y no se llegó nunca a nada. A pesar que hay algo muy bueno de resaltar y es que acá aunque no hubo un sentencia ejecutoriada por los jueces, hubo algo que fue importante que fue la sentencia que emite la sociedad entera en la que se puede dar cuenta cuáles fueron los verdaderos culpables y cuáles fueron los verdaderos asesinos de la situación en el caso Fybeca”, sentenció Briones