El volcán Tungurahua muestra desde el pasado 31 de diciembre una tendencia descendente en su actividad física, y en las últimas 24 horas no ha registrado explosiones, expulsado ceniza ni emitido ruidos o bramidos, informó la tarde de ayer el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), que se encarga de monitorearlo.
La entidad informó que “en los últimos días y debido a la permanente nubosidad en la zona del volcán, no se han realizado observaciones relacionadas con las características de las columnas de emisión, especialmente del contenido de ceniza. No obstante, en base a la ausencia de reportes de caídas de ceniza, se deduce que la energía y permanencia de las emisiones han disminuido con respecto a lo observado en días anteriores”, detalló el comunicado.
Sin embargo, aunque se evidencia una disminución de actividad, la red de geodesia aún muestra la presencia de un proceso inflacionario en la parte superior del edificio volcánico, lo que permite deducir y establecer que aún permanece un pequeño volumen de magma en los conductos del volcán. Por lo tanto, se establece que el actual proceso eruptivo aún no ha concluido.
El IG-EPN no descarta que pudieran ocurrir nuevas columnas de emisión con ceniza, explosiones y flujos piroclásticos. De ocurrir lo mencionado, y en base a la evaluación de la información obtenida de las diferentes redes de monitoreo del volcán, no se espera en el corto plazo actividad de magnitud similar a las erupciones ocurridas en julio y agosto de 2006.
Pero advirtió a la ciudadanía que no existe en el mundo sistema de monitoreo que permita anticipar la ocurrencia y el alcance de los flujos piroclásticos, por lo que es necesario que se mantengan las medidas para precautelar la seguridad en especial a quienes están en zonas de riesgo.