En una entrevista para diario El Telégrafo, el candidato presidencial Norman Wray expuso su pensamiento político en temas como el Bono de Desarrollo Humano y lo que significa para su movimiento ser de izquierda.
¿Qué diferencia a Ruptura de la Social Democracia, de la Izquierda Plurinacional y de PAIS?
Partimos de una propuesta de nueva izquierda. Una izquierda convencida y militante en las causas del ambientalismo, igualdad y equidad, pero también de la libertad. El planteamiento que hacemos apuesta a lo colectivo, busca fortalecer la organización social, no coartarla a favor de una exclusiva tesis o legitimarla en función que responde a un interés coyuntural electoral o partido transitorio.
Siendo así, ¿por qué están con Paco Moncayo (como candidato a asambleísta por R25), estuvieron en PAIS y, de alguna manera, coinciden con los planteamientos de la Izquierda Plurinacional?
El planteamiento de apoyo que Paco Moncayo dio a Ruptura ha sido también recibido en la línea de encontrar una convergencia entre la trayectoria de los años y una postura de juventud. Creo que en ese punto permite encontrarse en una propuesta interesante que vaya calando en distintos espacios, en la línea de construir una opción real de poder.
¿Qué tiene de izquierda Paco Moncayo?
Eso quizá habría que preguntarle a él directamente. El mundo contemporáneo habla de izquierdas y establece varios espectros en los cuales la izquierda se compromete fuertemente con temas de igualdad y de libertad, pero también plantea formas que marcan algunas de esas diferencias.
Digamos que no llega a la segunda vuelta, ¿a qué candidato apoyaría, suponiendo que llegan Rafael Correa y Guillermo Lasso?
Esas son las preguntas de examen, que son complejas de hacer en una coyuntura en la cual todavía la campaña no está tomado el matiz. Estamos en un proceso donde cada uno de los grupos políticos está en una división de fuerzas y será en el transcurso de lo que pase en la primera vuelta cuando tomaremos una decisión.
¿No se atreven a decir a quién apoyarán, pese a que al electorado ahora le gusta la frontalidad?
Hipotéticamente lo que nosotros estamos aspirando es a estar en la segunda vuelta.
Digamos entonces que la Ruptura pasa a la segunda vuelta con Correa, ¿aceptarían el apoyo de Lasso en caso de que él no pase?
Vemos poco probable que la derecha de este país apoye a un movimiento como el nuestro. La derecha reflejada en el remozamiento del Partido Social Cristiano (PSC) va a tener un bloque legislativo liderado por Jaime Nebot si logran la mayoría a la que aspiran. Vemos que eso es una reedición de las fuerzas políticas que combatimos en su momento en el proceso constituyente de 2008. Difícil que políticamente CREO nos busque o los busquemos para algún tipo de apoyo.
Si gana, ¿impulsará el cambio de la Constitución y de las leyes?
Nuestra propuesta es de unidad para el Ecuador. Lo que planteamos es un acuerdo nacional que nos permita de manera convergente, entre el esfuerzo público y el esfuerzo privado, apostar al emprendimiento y las posibilidades económicas para todos. El país va a enfrentar, posiblemente en los próximos años, los coletazos de una crisis global y eso nos convoca a la unidad.
¿Pero por qué no convocan y se unen ahora al acuerdo nacional?
Nuestra propuesta fue siempre el diálogo. Mi fortaleza es ser alguien con capacidad de dialogar con diversos sectores. Una cosa es tener adversarios políticos y otra enemigos.
¿Esa construcción de un acuerdo nacional será suficiente, no hará falta modificar la Constitución ni las leyes ni nada?
Nosotros hicimos un acuerdo de vida en común con el pueblo ecuatoriano en 2008 y tenemos diferencia de fondo sobre las formas en las cuales el Gobierno ha desarmado ese acuerdo a nivel legislativo en la Asamblea.
¿Cuáles son esas divergencias?
Los procesos de selección de los organismos de control y fuertemente de uno de los espacios más importantes en la construcción del estado de derechos y justicia que es la Corte Constitucional. Otra diferencia de fondo es que hacemos una apuesta firme y sostenida al tema de la organización social.
¿Por qué no se refleja eso en las listas de Ruptura, por qué no hay afros, indígenas? Lo más destacado que tienen es la candidatura de una transexual para asambleísta por el Guayas…
Creo que no necesariamente la diversidad de las listas implica que uno tenga una posición de defensa de esos intereses, porque si no entraríamos en una especie de folclorismo político.
¿Cuáles serían los cambios inmediatos de su gobierno?
Que vayamos hacia un acuerdo nacional sobre los temas de productividad y un acuerdo fiscal, que brindemos oportunidades de emprendimiento y premiemos el emprendimiento colectivo, que permita a jóvenes, adultos mayores y amas de casa, por citar algunos ejemplos, salir de la línea de pobreza. Vemos con preocupación, y esa será una de las líneas fuertes que queremos impulsar, el hecho de que el 50% de la población joven está viviendo en la línea de pobreza.
¿Su gobierno mantendrá el Bono de Desarrollo Humano (BDH)?
El BDH debe sostenerse en tanto y en cuanto se tenga la cantidad de gente en condiciones absolutamente difíciles de supervivencia.
¿Pondrá al BDH como presupuesto del Estado o lo financiaría con las ganancias de la banca y de las utilidades de otras empresas?
El BDH debe ser a través del presupuesto del Estado, porque tiene que ser un sistema de redistribución. A la larga, ese nivel de solidaridad no es solo de un sector, es de toda la sociedad.
¿Cuál es el problema real de poder en Ecuador y cómo cambiar la matriz productiva y el modelo de acumulación?
Voy a ilustrar con un ejemplo: cuando uno va al colegio y está en primer curso, los de sexto lo que hacen es patearte de la fila del bus, quitarte la lonchera y la pelota y no dejarte jugar fútbol. Ese guambra de primer curso lo que hace al llegar a sexto es repetir el esquema. Aprendió que el poder es un sistema de abuso, fuerza y autoritarismo. Ese es el problema del poder. El poder todavía se refleja y por eso los niveles de violencia que vive la sociedad. Ese es el problema de poder en el Ecuador y se manifiesta constantemente en la vida de la política, economía, ideología y la vida social.
¿Y con cuáles ricos y poderosos se puede hacer eso, si no ceden en nada, ya que a los banqueros se les pide compartir y estallan? ¿Cree que los ricos van a ceder a esa posición de construir acuerdos de vida en común?
Yo creo que los ricos financian este Gobierno. Los grupos económicos más poderosos están contentos con la Revolución Ciudadana, porque han hecho los mejores negocios. Vean en las tasas de ganancias que hay de grupos poderosos del Ecuador, están directamente involucrados y apegados a este Gobierno.
¿Y por qué tienen entonces los ricos a un candidato como Lasso? ¿Por qué toda la derecha política, simbolizada en Jaime Nebot, está con Lasso? En ese sentido, ¿cuál derecha es la que usted dice que está con el Gobierno?
Yo diría que la derecha que está con el Gobierno es aquella que ha podido hacer mejores negocios que los que ha hecho el grupo que representa Lasso.
Pero cuando estaban en PAIS había gente que criticaba a Ruptura diciendo que eran el ala derecha…
Esto es lo que queremos superar…
Si llega al Gobierno, ¿qué medidas tomaría para que el capital financiero no mande en todo: en el arte, en la cultura, en los municipios? Usted, como ex concejal, lo sabe; toda la clase de presiones que hay. En la época de la alcaldía de Paco Moncayo un Quicentro cedió un pedazo del espacio público. Esos son los mecanismos de poderosos. ¿Qué hará frente a eso?
Con medidas de política pública. Desde el manejo del Estado, sea local o nacional, se puede diseñar cuál es el estilo de desarrollo que se quiere plantear y hacer una convocatoria en ese sentido. Convocar a una alianza público-privada para permitir que la gente salga de estas condiciones económicas de pobreza…
¿Y en política internacional cómo será el gobierno de Norman Wray?
Mi gobierno va a impulsar la posibilidad de discutir varios temas a nivel regional y entender la fortaleza y el fortalecimiento de tener un contrapeso en el mundo global en el cual nos movemos, frente a una Europa en crisis, frente a Estados Unidos que está saliendo de sus inconvenientes y frente a economías de trascendencia como China.
Pero algo así ya están haciendo los gobiernos progresistas de la región, entre ellos el de Rafael Correa en Ecuador, el de Hugo Chávez en Venezuela…
Mi gobierno va a ser progresista, no tendría por qué cambiar una postura de defensa de soberanía del Ecuador. Nosotros no construimos la política destruyendo el pasado…
Norman Wray presidente, ¿cómo será la relación con los medios de comunicación, con esos que son un poder fáctico?
Tuve la suerte, en un momento de mi vida, como parte de mi trayectoria, de haber sido editor de la sección política de un diario de circulación nacional, y allí uno comprende la trascendencia que tiene la posibilidad de tener una prensa que plantee los temas, que confronte las fuentes, que busque generar un debate en sus páginas, para que la gente tenga la posibilidad cierta de armarse una idea sobre los temas de interés, sobre su vida y sobre los intereses de la comunidad.
Suena bien, ¿pero en la práctica?
El respeto absoluto de las distintas arenas de acción en la política en cada uno de esos espacios es lo que garantiza la libertad de expresión. Lo que critico es que yo no creo que es desde el poder político donde se enseña a los medios de comunicación cómo se tienen que hacer las cosas y viceversa. Se debate.
¿Y quién garantiza los derechos de comunicación de la gente? Los medios no, y eso está claro. No están garantizados los derechos de comunicación, ¿cómo se aplicaría el artículo 19 de la Constitución en una futura ley?
Los derechos en general, a través de un esquema garantista, teniendo instituciones que lo defiendan, una de esas es la Corte Constitucional, otra es la Función Judicial…
Si estuviéramos en el año 2030, ¿cómo vería esta etapa de los seis años (del gobierno de Correa)? ¿Cómo lo calificaría en términos históricos, ya no por Correa, ya no por Ruptura, ya no por PAIS? ¿Cómo evaluaría en perspectiva histórica a esta etapa?
Lo veo absolutamente como un proceso constituyente no finalizado. La Asamblea Constituyente marcó un antes y un después, por eso fue que participamos e hicimos un acuerdo de participación política hacia la Constituyente, porque había que generar un proceso en democracia y en paz, para responder a la crisis política acumulada de los últimos 25 años y radicalizada desde el año 1995, por poner una fecha. Entonces, es un proceso constituyente en el cual estamos ya no en el durante, sino en el después y estamos disputando el sentido de ese cambio, del después, del afianzamiento. Estamos disputando el sentido de ese proceso y se lo disputa en democracia, con pluralidad, con interpretación de ese proceso, con propuestas, porque eso fortalece, y como organización social.