A una temperatura de más de 33 grados, una mujer de 65 años de edad navega a diario por el estero Las Ranas, desde las 07:00 hasta las 15:00. Isidra Vásquez apenas puede protegerse de los rayos solares con un improvisado techo de lata en uno de los extremos de su vieja canoa.
Desde hace tres años, por $ 0,25 traslada a los habitantes de Cristo del Consuelo y las Malvinas (suroeste). Sus clientes en un minuto cruzan ese tramo; ir en carro les tomaría 20. Isidra y sus clientes indican que ven clara el agua y no apesta mucho. “Era negra”, asegura Vásquez, al señalar el líquido gris.
Las Ranas y Puerto Lisa son los tramos del Estero Salado en donde funcionan, desde inicio de noviembre, dos nuevas estaciones de superoxigenación -parte del proyecto Guayaquil Ecológico- que buscan rescatar de la contaminación a dicha desembocadura por medio de la inyección de oxígeno al agua.
El biólogo Nelson Zambrano, subsecretario de Gestión Marina y Costera, explica que colocaron las bombas en esos puntos debido a que el nivel de oxígeno que existía en esos sitios estaba debajo de lo normal, es decir 0,1 miligramos por litro, cuando lo ideal es 0,4 (estado actual).
La superoxigenación consiste en un conjunto de elementos mecánicos que permite capturar agua contaminada, mezclarla en un reactor con oxígeno puro, y luego, por otro tubo, arrojarla purificada al afluente.
Los problemas que presentan Las Ranas y Puerto Lisa, dice el biólogo, son que existen asentamientos informales que no cuentan con servicios básicos, alcantarillado y tienen conexiones clandestinas a los sistemas de agua de lluvia. “Uno puede ver que por tuberías, de donde solo deben salir aguas de las lluvias, se expulsan descargas. Eso es ilógico porque no está lloviendo en la ciudad. Por deducción, entendemos que hay conexiones clandestinas que siguen contaminando el estero”.
De acuerdo con datos del Ministerio del Ambiente (MAE), el problema de contaminación del Estero Salado, en general, se debe en un 70% a descargas domésticas y en un 30% a las descargas industriales. “Este es un problema crítico, si le sumamos los miles de habitantes que viven en las riberas y que no cuentan con servicios básicos”.
RESULTADOS
La técnica de superoxigenación que el MAE desarrolla en algunos tramos es una de las medidas a tomar para la recuperación del brazo de mar, pero según la Subsecretaría de Gestión Marina y Costera esta acción sola no soluciona el problema.
Dicha medida, de acuerdo con los trabajos ejecutados por varias instituciones del Estado Central, debe complementarse con la reubicación de familias que viven en las riberas del estero (gestión a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda) y la sanción a los nuevos invasores.
Para Zambrano, otras acciones que ayudarían son dotar de alcantarillado a las familias que masivamente están conectadas al sistema de agua de lluvia y que arrojan las descargas al estero (labor del Municipio) y, además, dotar del servicio de recolección de basura a esos lugares, pues aún se observa a personas que lanzan desperdicios.
No obstante, pese a las acciones de rescate, según observaciones del MAE, hay puntos críticos del estero donde existe estrangulamiento (zonas angostas por el relleno y agua con poco oxígeno), que pueden ser cerrados definitivamente y en los que se recomienda construir parques o malecones.
También hay áreas con estrangulamiento en las que se pedirá que, sin importar qué tipo de casas existan o si tienen título de propiedad, sean despejadas para aumentar el flujo y reflujo del agua.
En este mes se instalarán dos nuevas estaciones para el proceso de oxigenación: una en Puerto Lisa y otra en el estero Mogollón. Ambas se sumarán al trabajo de las ubicadas en los sectores de Kennedy Norte y Urdenor.