La ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, calificó como una desinformación la noticia que emitió diario El Comercio, atribuyendo a presuntos cables de Wikileaks, al señalar que el Ejecutivo habría utilizado políticamente el caso de las aletas de tiburón.
“En ese momento fue manipulada la información (refiriéndose a Wikileaks) y ahora que se saque una página en un diario (El Comercio) me llama la atención, cuando ni siquiera este medio fue capaz de pedirnos información tanto a la Subsecretaria de Pesca como al Ministerio de Ambiente sobre qué estamos haciendo para conservar a los tiburones”, indicó la funcionaria en una entrevista que concedió a “El Ciudadano” radio.
Recalcó que la Subsecretaría de Recursos Pesqueros había informado al Presidente de la República que existía un decreto de 29 de septiembre de 2004 que prohibía al sector pesquero del Ecuador continental usar las aletas de los tiburones que cayeran en las redes, pero que el resto del cuerpo si podía ser usado.
Expresó que esta situación generó un mercado negro de aletas en contraposición a las recomendaciones que emitió la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), entidad que dispuso que cuando cae un tiburón en los artes de pesca se use todo el pez y no solo sus aletas.
Con estas consideraciones se recomendó la derogatoria del referido decreto, a fin de establecer regulaciones para la pesca incidental de tiburones. La Ministra destacó que estas acciones de protección al tiburón fueron reconocidas por Estados Unidos.
“Yo fui la víctima de un mes de periodicazos, donde se desinformó a la población diciendo que habíamos legalizado la matanza de tiburones, pero después, el año pasado, Estados Unidos a través de un organismo de Control y Conservación, le reconocía al Ecuador por su acción para el manejo del plan de acción de conservación de tiburones”, agregó.
Las medidas de control aplicadas establecen que cuando un tiburón cae accidentalmente en redes, los pescadores deben llevar al Puerto todo el cuerpo del pez para que sea verificado por un inspector.
La ministra Marcela Aguiñaga destacó que la regulación también tuvo por objeto romper el mercado negro de aletas de tiburón que existía en el Ecuador, pero enfatizó que muchas aletas provenían en su momento de Galápagos y no del Ecuador continental.
La funcionaria expresó su extrañeza de que la prensa privada difunda en estos momentos este tipo de mensajes, a pesar de que el Ecuador fue reconocido como uno de los primeros países de la región que tienen un plan de conservación de tiburones.
Enfatizó que tampoco se menciona que en Ecuador no hay una pesca dirigida a tiburones, como sucede en Perú; no se destaca que el Gobierno promueve el mejoramiento de las artes de pesca para evitar que caigan tiburones en las redes y tampoco se dice que obligar a los pescadores que presenten en Puerto el cuerpo entero del tiburón ha permitido elaborar una línea base de información para conocer las épocas en que caen más tiburones.
“Me llama la atención que se haya sacado este periodicazo, con toda seguridad no nos darán el mismo espacio para defendernos, pero el Ministerio de Ambiente está emitiendo un pronunciamiento porque no es posible que una vez más se desinforme a la población”, dijo la Ministra Aguiñaga.