En Ger, comunidad de donde es oriundo el ecuatoriano sobreviviente a la matanza en Tamaulipas, su familia recibió amenazas del coyotero que lo ayudó a migrar.
Por esta razón, ese mismo día, tres agentes trasladaron a cuatro miembros de la familia a otro lugar del país, no revelado. Entre ellos se encontraba la esposa del emigrante ecuatoriano.
La mujer salió del pueblo junto con la abuela y dos tíos de Lala. Lo hicieron en un patrullero del Puesto de Auxilio Inmediato del vecino cantón cañarense de Suscal.
Su humilde vivienda en Ger quedó vigilada por agentes vestidos de civil. Ellos también custodian al resto de la familia.
La vigilancia está a cargo de los policías de los Puestos de Auxilio Inmediato de las parroquias de Gualleturo y Ducur.
Inicialmente, la joven cañarense se resistía a dejar su casa porque le preocupaba la suerte de los cinco hermanos de su cónyuge, que cuida desde que su suegra emigró a Estados Unidos, hace dos años.
Ahora, esa responsabilidad la asumió Luis Alfredo, de 13 años, otro hermano del sobreviviente. Su pobreza es extrema. Por eso, los vecinos de Ger claman por ayuda a las autoridades.
Los familiares y los vecinos de la comunidad de Ger acordaron no dar declaraciones a los medios de comunicación y evitar en lo posible el ingreso de periodistas.
“Ahora están juntos, protegidos por el sistema de víctimas y testigos y apoyados (…) por una comisión de desarrollo social que ha conformado” el Gobierno, añadió la titular de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), Lorena Escudero.