Monseñor Luis Alberto Luna Tobar recibió este miércoles un homenaje en vida en reconocimiento a su labor en defensa de los derechos humanos y en favor de los más pobres del país. Aunque “monse”, como le dicen sus más allegados, no pudo pronunciar un discurso, su cálida sonrisa y su mirada enternecida bastaron para recibir intensos aplausos durante la ceremonia realizada en Quito.
“Estamos aquí para decirte gracias, Dios te lo pague monseñor Luis Alberto Luna Tobar”, fueron las palabras de introducción. Asimismo, un video recordó los pasajes de la vida del sacerdote que 1999 protestó por el congelamiento de los depósitos bancarios ordenado por Jamil Mahuad y apoyó el levantamiento indígena. Una frase del ayer conmovió a los asistentes: “¿Por qué vamos a utilizar otra moneda, el dólar? Si nosotros tenemos el sucre, aunque pobre pero nuestra”.
La Asamblea Nacional le entregó la condecoración “Vicente Rocafuerte” al mérito social y lo calificó como uno de los mayores exponentes del humanismo ecuatoriano en reconocimiento a su larga trayectoria de servicio, al considerarlo como un referente por su trabajo con los más pobres de la patria. Además, resaltó su labor en la lucha por la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Luis Cabrera, arzobispo de Cuenca, señaló que el homenaje recoge los sentimientos de aprecio y gratitud a la obra de Luna Tobar “en favor de los sectores más vulnerables de la sociedad”.
Por su parte, Marcos Matamoros, en representación del monseñor, rememoró que el padre Alberto “mostró –durante sus años de sacerdocio- a Dios tejido con paja taquilla y ardiendo en la brasa en que se dora el cuy” y que fue “palabra y fermento a la vez”.
El titular de la Asamblea, Fernando Cordero, mencionó algunas de las cualidades de Luna Tobar, sobre todo su “inconmensurable capacidad para indignarse ante la injusticia, ese hombre que se manifestó en la vida diaria, solidaria, militante. Sensibilidad que ‘monse’ Luna la convirtió en obra social concreta, más allá de las lágrimas. Tuvo dignidad para solidarizarse con los compañeros de lucha, para ser humildes en los triunfos y tenaces en la dificultad”.
En cambio, el vicepresidente Lenín Moreno, insistió en que “nadie mejor que usted (monseñor Luna Tobar) encarna al ser imprescindible, a esos que luchan toda la vida. Gracias por su ejemplo, su vida, por jamás dejarse vencer por las arbitrariedades, gracias por ser usted mismo, gracias taita cura”.
Monseñor Luna Tobar nació en Quito, el 15 de diciembre de 1923, hizo sus estudios teológicos en Burgos (España) por la Orden de los Carmelitanos. De regreso al Ecuador, se encargó durante 22 años de la parroquia Santa Teresita y en 1977 fue nombrado obispo auxiliar de Quito y, en 1981, fue designado arzobispo de Cuenca, donde ejerció un apostolado dirigido a los pobres.
En el régimen del extinguido presidente León Febres Cordero (1984-1988), Luna Tobar denunció los crímenes contra algunos integrantes del movimiento subversivo Alfaro Vive Carajo. Su permanente denuncia le valió el mote de “cura rojo” por parte de Febres Cordero, a quien combatía públicamente.
En la actualidad, el arzobispo emérito de Cuenca está internado en una casa hogar para adultos mayores, ubicada en el sur de la capital.